Felipe se gana la redención
Un gol del brasileño en el minuto 87 acaba con la resistencia de un Osasuna admirable
El Atlético lo intentó todo, pero se encontró con un rival inexpugnable que pagó con la derrota un error de su portero
Simeone tiró de todo lo que tenía, incluso del joven Carlos Martín, que debutó en Primera División
Señalado tras la derrota en Anfield Road, el brasileño Felipe se ganó la redención con un gol milagroso que permite al Atlético no alejarse de la cabeza y trasladar la presión a Real Madrid y Real Sociedad. Osasuna aguantó de pie 87 minutos pero pagó con la derrota un error en la salida de su portero. Poco premio para un extraordinario partido defensivo de los navarros, que se cargaron de méritos para repetir el mismo resultado que habían cosechado en el Bernabéu jornadas atrás.
Hasta que llegó el cabezazo de Felipe tras el córner botado por Carrasco el Atlético lo había intentado todo, pero había chocado contra un muro inexpugnable. Los centrales de Osasuna no cometieron ni un solo error en defensa, no perdieron la concentración en ningún momento y le cerraron todos los caminos a la casi interminable nómina de delanteros rojiblancos, engrosada esta jornada por el joven Carlos Martín. Todo iba dirigido hacia el empate a cero cuando surgió Felipe para otorgarle al equipo rojiblanco tres puntos que valen su precio en oro.
Osasuna ahogó al Atlético con su presión en medio campo durante un arranque que dejó en silencio el Metropolitano. Jagoba Arrasate plantó a su equipo en terreno adversario y obligó a los de Simeone a tener que defender muy atrás y a buscar el pase largo para salvar la segunda línea navarra. Con Llorente falto de ritmo y con Koke frenado por Brasanac, a Simeone no le quedó otro remedio que reclamar más intensidad a sus jugadores, superados por un rival que tenía claro que no había venido a ser un comparsa.
A los 16 minutos llegó el primer acercamiento colchonero. Carrasco aprovechó un error de Nacho Vidal para buscar un centrochut que desvió con la cabeza Griezmann. El balón salió muy desviado, pero la jugada sirvió para cambiar la tendencia del partido. De nuevo Griezmann hizo acto de presencia a los 19 minutos con un disparo que besó el lateral de la red. La jugada calentó la grada pero no desanimó a Osasuna. Dos minutos más tarde Brasanac penetró por la izquierda y el Chimi Ávila no acertó con el remate final en el área en la mejor llegada navarra hasta entonces.
Resueltos en tablas los primeros asaltos, el partido entró en un toma y daca que alejó el balón de las áreas durante muchos minutos hasta que a los 37 Lucas Torró soltó un latigazo desde lejísimos que obligó a Oblak a mostrar la mejor de sus versiones para evitar el 0-1 y mantener con vida a un Atlético que echaba mucho de menos no sólo a Suárez, sino también una mejor versión de alguno de sus jugadores esenciales como Correa, Lemar o Llorente. Por fin apareció el madrileño al filo del descanso, pero su pase hacia atrás no lo pudo rematar en condiciones Griezmann porque Herrera salió con valentía y le cerró los espacios en la última llegada de la primera parte.
El Atlético evitó volver a ser sometido por la presión de Osasuna y apareció en el segundo acto dispuesto a ser protagonista. Herrera tuvo que volar en el punto de penalty para evitar que un centro de Llorente llegara a Griezmann y poco después a Carrasco se le fue un control en el peor momento posible. De repente no dejaron de caer saques de esquina contra la portería navarra mientras, ahora sí, Lemar y el propio Llorente empezaban a activarse. Griezmann marcó a los 55 minutos. El gol se anuló por fuera de juego claro, pero fue la señal definitiva para lanzar el zafarrancho de combate.
Consumida la primera hora de partido sin que se hubiera movido el marcador, pero con el Atlético convertido ya en amo y señor del balón y sin que Osasuna hubiera ni siquiera cruzado su propio campo, Simeone se decidió por fin a acudir al banquillo. De Paul y Luis Suárez sumaron talento y remate con el objeto de vencer la resistencia navarra mientras Arrasate también movió ficha. Budimir, que heló el Metropolitano el año pasado con un gol que pudo costar la Liga, pisó el campo entre una nube de silbidos.
Lo cierto es que la salida del croata tuvo efectos inmediatos porque Osasuna consiguió una vía desde la que sacudirse el agobio rojiblanco. A Simeone no le gustó lo que veía y le metió músculo al partido con Kondogbia, además de buscar más dinamita con el brasileño Cunha, que no tardó en situarse en paralelo con Luis Suárez. A los 80 minutos Carrasco buscó un gol imposible con tres regates en el área de los que acabó saliendo para disparar al lateral de la red.
Avanzando inexorablemente hacia el final, el partido necesitaba soluciones inmediatas. Simeone tiró de la cantera y mandó al campo a Carlos Martín, un delantero reconvertido a carrilero que salió con las agallas suficientes como para forzar un córner que resultaría decisivo. A los 87 minutos Carrasco botó de esquina por séptima vez en el partido y en el área apareció Felipe para adelantarse a Herrera y cabecear a la red para volver loco al Metropolitano y darle al Atlético tres puntos que le acercan al Sevilla y le permiten no perder la estela de Madrid y Real Sociedad.